Obra Filosófica

OBRA 1    1.- La comunicación social y la información. Teoría del conocimiento. Formación de la "cultura social".

1.- La comunicación social y la información. El esquema de ciclo o bucle.

No toda acción de comunicación, por frecuente que sea  su práctica, puede ser entendida como comunicación social, en el sentido que de los dos términos vamos a dar esta noche. Como ha dicho Habermas, en su artículo Aspectos de la Racionalidad de la Acción, "no toda relación social que se establece con medios lingüísticos es un ejemplo de acción comunicativa".

Para que lo sea, le exigiremos dos cosas:

a) En primer lugar, que la acción de comunicación vaya dirigida a un grupo de personas, predeterminado o no. No consideraremos, pues, acción de comunicación social a todas aquellas que desarrollan una relación intersubjetiva, como una declaración de amor, la orden dada a un empleado, etc. etc..

b) En segundo lugar, tampoco consideraremos como acto de comunicación social a aquél que se produzca en una relación normada, en el que el receptor de la comunicación no puede actuar más que en un sentido determinado, en razón a normas compulsivas. Esto es:  cuando la comunicación es accesoria a una relación previa o simultanea que condiciona o conforma el acto de comunicación. Están en ese caso la orden de un oficial a los soldados a su mando, la publicación de disposiciones legislativas en un Boletín Oficial, etc… En fin, todas aquellas en las que la comunicación se produce de forma que su destinatario se entiende que viene enterado u obligado de forma obligatoria.

c) En tercer lugar, a pesar de Habermas, no consideraremos que la comunicación social se limita al acto de habla. Muy por el contrario, para analizar la comunicación social, partimos de algo que resulta apodíctico: para comunicar algo  es preciso previamente conocerlo. No estamos hablando todavía del problema de la autenticidad material de lo que tenemos en la base de datos de nuestro cerebro; estamos hablando, simplemente, de lo que hay en esa base de datos y que nosotros trasladamos a los demás, mediante la elaboración del acto de comunicación social. Es evidente que el que no piensa y no puede, por tanto, comunicarse con la base de datos de su cerebro, no puede elaborar el acto de comunicación, ni comunicar nada.

Por tanto, el motor del acto de comunicación social es la base de datos del cerebro de las personas que lo producen ; pero una vez que el acto de comunicación social está producido, también ingresa en la base de datos del cerebro del que recibe la comunicación. Mediante esa interrelación, se produce un ciclo o bucle en que el conocimiento de unos alimenta el de los otros. Cuando el nivel de interacción es muy elevado, y es cuantioso tanto el volumen de lo comunicado, como el número de los que participan en la comunicación,  ese ciclo es poderoso, tanto por su volumen, como por su rapidez, y da lugar, como veremos luego, a la cultura de los países ricos de nuestra época.

 

2.- Una moderna teoría del conocimiento. Su validación mediante el método histórico.

Creo que esta noche vamos a analizar la comunicación social, en términos en los que no se ha hecho nunca y, además, no creo que sea en la forma que resultaría más probable: apartarse de lo que se ha dicho hasta ahora, para decir una tontería. La diferencia estriba en que vamos a utilizar una teoría del conocimiento moderna, en sus últimos aspectos propia del que se dirige a vosotros, y que, además, coincide admirablemente con el espíritu de esta tertulia, porque proviene de la elaboración neo-estoica que aúna,  de forma inherente, la física y la filosofía, pues, siendo el estoicismo una doctrina materialista, no cabe elaboración filosófica, dentro de ella, sino sobre las cosas que son y, para conocer realmente esas cosas, es primero necesario conocer las leyes naturales  que rigen su existencia.

Hasta hace muy pocos años, cuatro o cinco años, se creía que pensar  era exclusivamente razonar y se asociaba esa función al pensamiento sintético- analítico o a la resolución de problemas y otras funciones que, aunque se explicaban extensamente, no abarcaban sino la cogitación propia del trabajo intelectual.

Los estudios sobre inteligencia artificial cambiaron radicalmente esa forma de pensar sobre el pensamiento. Pensar es, ahora, utilizar las bases de datos del cerebro; Pensar es, esencialmente, recordar. Y recordar es tanto evocar conocimientos adquiridos en el pasado, mediante recursos a las bases de datos del cerebro, como congelar el tiempo presente para analizarlo, representarlo, interpretarlo, etc. etc..

Por lo tanto, pensar comprende cualquier relación con nuestras bases de datos cerebrales y es, por tanto, mucho más variado que razonar.

Uno de los datos fisiológico-anatómicos de nuestro cerebro, que denotan su formación evolutiva, es que está compuesto con órganos similares a los de los animales que viven con nosotros en el mundo -y de los que, quizás razonablemente, pensamos que carecen de instrumento cerebral tan poderoso como el nuestro- a los que se han agregado otros , más desarrollados, que nos son propios. Rebeca Rupp lo ha explicado de la siguiente forma:

"La naturaleza ha preservado las más tempranas y primitivas estructuras cerebrales, ampliándolas y agregándolas en cuanto ha sido preciso para la lucha evolucionaría por la supervivencia. Modelos cerebrales de antaño todavía existen dentro del nuestro; algo así como si el motor de un Ford modelo  T todavía figurara dentro del motor de los mayores y más poderosos automóviles de nuestro tiempo"

Nuestras bases de datos están compuestas por todo aquello que somos capaces de recordar y, por lo tanto, existen bases de datos gráficos, fonéticos, históricos. El tráfico con una de ellas da lugar a una clase de pensamiento, y para analizar o sistematizar la relación con esas bases de datos he clasificado o determinado tres clases de pensamiento:

a) El pensamiento empírico es aquel que evocando, directamente, un hecho del pasado, en relación con otro hecho del presente ,nos permite obtener una opinión sobre el presente.

En mi jardín, frecuentemente nacen gatos. Al poco de nacer tienen que franquear una escalera, para moverse dentro del jardín. En las primeras ocasiones los gatos recién nacidos aterrizan sobre el hocico. Eso, evidentemente, no les resulta agradable. Pero pronto aprenden a protegerse, adelantando sus patas anteriores. Ese es el pensamiento empírico.

Compartimos esta modalidad de pensamiento con prácticamente, todos los animales. A través del pensamiento empírico habla el periquito, se amaestran el perro y el caballo, y progresan, a través del llamado método experimental, todas las ciencias de la naturaleza, esas a las que los filósofos de la escuela de Francfort llamaban “ciencias objetivizantes”.

La habilidad manual y la capacidad técnica del hombre ha ido creando los instrumentos precisos  para poder experimentar un gran número de teorías científicas. El mundo antiguo no experimentaba. Aristóteles pensaba que la piedra grande desciende más rápidamente que la pequeña y pese  a la inmensa capacidad científica e intelectual del estagirita, carecía de los instrumentos, de los objetos y de las técnicas necesarias para realizar experimentos fiables.

Todo el inmenso desarrollo de las ciencias de la naturaleza,  proviene, precisamente, de esa capacidad técnica que permite experimentar y utilizar, por tanto, un método científico de verificación o falsación eficaz, empleando, precisamente, los instrumentos  primarios y más sencillos de nuestro cerebro.

b) Sabemos, por métodos experimentales, que en la corteza cerebral de los primates se producen imágenes que representan con evidente fiabilidad los objetos que contemplan. Por tal razón, estamos seguros de que todos los mamíferos poseen bases de datos cerebrales que almacenan imágenes. Pero, del hombre sabemos que tiene la capacidad de reproducir las imágenes que figuran en tales bases de datos. Es más, sabemos que una de las primeras habilidades culturales de los hombres fue, precisamente, reflejar esas imágenes en los lugares donde habitaban, hace muchos miles de años.

Sabemos, pues, que el hombre puede relacionarse con las bases de datos de imágenes de su cerebro y reproducir en formas simples o compuestas las imágenes que en ellas figuran.

A ese pensamiento que sabemos que existe, que es original del hombre y claramente distinguible de la función de razonar, le llamamos pensamiento representativo.

c) Y sabemos, por último, que hace unos 2800 años se produce la  eclosión de un tipo de pensamiento encaminado a hacer juicios racionales ,al que yo he llamado sintético-analítico y no lógico, porque la lógica –basada, esencialmente, en la función identificación/diferenciación- es inherente a las funciones cerebrales sanas , ya que hay lógica evidente hasta  en el pensamiento empírico.

Este pensamiento  sintético-analitíco tiene que partir de una mente provista de bases de datos primarias  o secundarias, formadas por la reflexión y elaboración intelectual del propio sujeto, en cuyo cerebro se encuentra la base de datos en cuestión

Las bases de datos primarias son las que ofrecen datos directamente observables del mundo .

Las bases de datos secundarias son las que corresponden a una mente entrenada para el tratamiento de las bases primarias, y la emisión de los juicios .Son lo que en el lenguaje de ordenador se llama software. En ellas figuran almacenados y recordados los pasos que hemos de dar para tratar las bases primarias y elaborar juicios, así como las conclusiones  personales obtenidas como consecuencia de juicios anteriores. Si la mente, como entidad diferenciada del cerebro, está en algún sitio, está en ese software.

No es necesario explicar, porque a estas alturas ya lo hemos entendido todos, la dificultad enorme de manejar esas bases de datos que, para que  puedan ofrecer una posibilidad real de alejarse del mundo observable y establecer con precisión juicios, tienen que ser extraordinariamente complejas. La mente tiene una enorme capacidad de almacenamiento que se ha cuantificado, a veces, al nivel de las más extensas bibliotecas, pero ni sus sistemas de transmisión ni sus sistemas de recuperación de información tienen la rapidez y fiabilidad de un modesto ordenador. El esfuerzo de obtención y manejo de esas bases de datos es enorme  y limita  la posibilidad de una elaboración intelectual eficiente a unas pocas personas que hayan empleado gran parte de su vida en formar bases de datos muy amplias y se conserven entrenados en su uso.

Ahí radica la dificultad de utilización fluida del lenguaje :una base de datos de conceptos abstractos bastante amplia, sometida a unas reglas gramaticales y lexicográficas complejas, que han de resolverse con cierta rapidez.

Esta distinción entre las funciones que comprende el pensar no podremos  validarla empíricamente,  mediante un conocimiento anatómico- fisiológico del cerebro, que hoy no tenemos. Por el momento, hemos de utilizar para validar  esta teoría el método  histórico, utilizado por Darwin que consiste en analizar cada una de las situaciones en las que tendría aplicación nuestra teoría, dándola por cierta y comprobando si la situación en cuestión se ajusta perfectamente a la teoría. Como es bien conocido, se ha considerado este método como equivalente en las ciencias sociales al método experimental. Los casos señalados hasta ahora y los que vamos a señalar luego, la validan.

3.- El conjunto de la información comunicada. La información audiovisual. El acto de habla. El lenguaje escrito. Rechazo de la teoría de Habermas sobre la distinción entre actos de comunicación y actos estratégicos y sobre la comunicación social limitada al acto de habla.

Si la comunicación social corresponde estrechamente a las formas de pensamiento de los individuos que integran la sociedad, es evidente que el conjunto de información comunicada obedecerá a todas las formas de pensamiento.

Nos encontraremos, pues, con un conjunto de información comunicada que obedece, exclusivamente, a la "elocuencia de los actos". Estos actos formarán, sin duda, opinión social y cabe , que en ciertas circunstancias, constituyan el  primer y mayor subconjunto dentro del conjunto de información comunicada. En cualquier caso, constituirá la información más fácilmente absorbible por el conjunto social, precisamente porque la recepción no exige cualidades ni circunstancias especiales en el informado, ya que se dirige al pensamiento empírico que es el pensamiento primario y, por eso, el más común y más fácilmente ejercido por cualquier ser humano.

Esa "elocuencia de los actos", como el pensamiento empírico al que se dirige,  se manipula con especial eficacia a través de la información audiovisual, fruto de la técnica y, en su caso, del pensamiento representativo.

En relación con la opinión pública, todos sabemos que las más largas discusiones o técnicas de saturación verbal no pueden nada contra la imagen de la destrucción y la desgracia causada por un bombardeo o contra la vista de un cuerpo torturado. No es difícil saber que la información audiovisual -fundamentalmente, el cine y la televisión- constituyen en una sociedad moderna, siempre, el subconjunto mayor y más influyentes dentro del conjunto de la comunicación social. Casi todos tenemos la idea de cómo era un romano, no por el obelisco de Trajano o por cualquier otra obra de arte del imperio, ni por nuestros  estudios sobre la materia; sino, normalmente, por haber visto, durante el curso de nuestra vida muchas películas" de romanos ". Posiblemente nuestra idea de la guerra, de una vida de lujo, de la abnegación del sabio, de la vida que llevan nuestros vecinos, provengan no sólo de los medios audiovisuales , sino de las obras de ficción que mediante esos medios se producen. Y como hemos dicho esta información es la más fácilmente absorbible por el conjunto social A ella se asocia frecuentemente la degradación del pensamiento social. Sin embargo, sería más exacto decir que mediante esa forma de información la sociedad se comunica con quienes, de otra forma, tendrían enormes dificultades  en establecer un enlace

El segundo subconjunto, dentro del conjunto de información comunicada corresponde a la información verbal. Dentro de esas comunicaciones e informaciones verbales  se hace preciso distinguir entre la información hablada y la información escrita.

A la información hablada se ha dedicado un importante esfuerzo por los filósofos del lenguaje , considerándola de una importancia extrema. El acto de habla se ha descrito por Habermas como la secuencia verbal más pequeña en las emisiones de un hablante que resulta inteligible en un contexto de comunicación dado,  estableciendo como condiciones mínimas que, al menos dos hablantes/oyentes se entiendan sobre algo. Searle ha intentado establecer un sistema de actos  de habla y Chomsky ha enderezado parte de su obra a establecer el programa de una ciencia general del lenguaje,  como reconstrucción racional de la competencia lingüística. Pero si hemos de juzgarles por sus efectos, los actos de habla apenas tienen importancia en la comunicación social. Como veremos luego, apenas dan para formar culturalmente una tribu. Casi todos obedecen a un sustituto de la práctica social del despioje practicada por los primates.

El lenguaje escrito, por el contrario, es cualitativamente tan importante como cuantitativamente irrelevante.

En el lenguaje escrito se ha reflejado toda la actividad cultural de la humanidad, como esfuerzo agregado detodos los pensantes. Todo lo que es trascendental en las ciencias sociales  o de la naturaleza está escrito, y la ignorancia y las estupideces que mantienen a las ciencias sociales aisladas de la realidad práctica provienen todas de la no recepción la obra  escrita por los políticos y las sociedades de nuestro tiempo. Todas las religiones modernas y todas las naciones tienen como soporte unas cuantas obras escritas, como veremos luego.

Sin embargo, la obra escrita, cuando resulta un producto cultural acabado, es de una lectura fastidiosa, para el que no es capaz de interrelacionar con la obra leída. Todos hemos leído en nuestra juventud, bajo la indicación de un maestro, obras magníficas que nada nos han dicho y para nada nos han servido, simplemente porque carecíamos de las bases de datos primarias y secundarias precisas para poder interrelacionar con la obra que leíamos, comprendiendo, discutiendo, apreciando y ensalzando, ponderada e inteligentemente, aquello que leíamos.

Los que practicamos la lectura sabemos que en los libros está la tranquilidad del espíritu, la sabiduría social y personal, la libertad, los buenos sentimientos y la mayor parte, también, de los buenos amigos. Pero sabemos también que no será preciso ese Farenheit 355 que auguraba, con la destrucción de los libros, la destrucción de nuestra propia civilización. Los libros tienen asegurada su eternidad precisamente porque casi nadie lee aquellos libros que son testigos casi infalibles de nuestra cultura, nuestra civilización y nuestro tiempo.

Finalmente es preciso rechazar dos teorías de Habermas:

- En primer lugar, que la comunicación social se produce mediante el habla, cuando, como hemos visto, el conjunto de la comunicación social tiene muy variados medios y, de ellos, el habla es el que culturalmente menos efectos tiene, como ya he anunciado y veremos luego.

- La distinción entre la acción comunicativa  y la acción estratégica, entendiendo que la primera discurre a través de la formación de consenso y  la segunda a través de la complementariedad de tramas de intereses. La comunicación social y la estratégica son indisociables , pues no hay comunicación social en la que pueda no subyacer una estrategia de intereses, ya que la comunicación social tiene un factor de formación  y de influencia sobre la sociedad que hace imposible que sea neutral, como veremos luego.

 

4.- El Filtro de la Información Comunicada. Comunicación no filtrada. Comunicación filtrada. La Verdad.

No cabe, pues, asegurar que la acción comunicativa no estará contaminada por  la acción estratégica; ya que  ambas aparecerán frecuentemente  entremezcladas en la misma acción. Situación  tan evidente que incluso puede advertirse, intuitivamente, por el pensamiento empírico; pero , a la vez, esa situación resulta intolerable o, al menos, dolorosa, para el receptor de la comunicación, ya que, como ha señalado Habermas, en la acción comunicativa tratamos al receptor de la misma como sujeto y no como un oponente al que hay que neutralizar a toda costa, mientras que en la acción estratégica le tratamos como un oponente o, incluso, como un objeto al que podemos manipular :

"En la medida en que queremos adoptar posturas frente a él, tratándolo como sujeto, tenemos que hacer una idealización, y una idealización que nos afecta también a nosotros mismos, pues vemos a los otros sujetos con los ojos que nos consideramos a nosotros mismos... y no podemos atribuir a un prójimo, que nos sale al encuentro como otro yo, ni motivos inconscientes ni en general determinantes causales de su acción. En cuanto hacemos eso, abandonamos el plano de intersubjetividad y tratamos al otro como un objeto ".

Aunque el receptor de la comunicación puede, aceptar información manipulada, por varias causas subjetivas, relacionadas, normalmente, con complicidad con el comunicador, es evidente que a nadie le complace ser manipulado ni engañado, puesto que son actos que disminuyen la autoestima del que los sufre

En cualquier caso, es evidente que alguna de esa información de la que se provee la comunicación social no será creída. Es decir, será filtrada, para detectar lo que en ella hay de verdadera acción comunicativa y lo que, por el contrario, sólo obedece a una técnica de manipulación social; esto es: a la acción estratégica.

El conjunto de la información producida será filtrada de manera muy distinta. La información audiovisual, dirigida a formar el pensamiento empírico, será tratada como experiencia sensorial, se entenderá que envuelve cosas y sucesos -o estados- perceptibles, como ha señalado Habermas. Si su tema interesa, será recibida ávidamente e incorporada al conjunto de los hechos y de las sensaciones que el individuo cree percibir directamente de la realidad y, por lo tanto, incorporada a la base de datos cerebral primaria que contiene las sensaciones del tipo recibido.

La información verbal será contrastada  con la información almacenada en las bases de datos cerebrales primarias y filtrada, usualmente, en virtud de las bases de datos secundarias de las que disponga el receptor de información que, usualmente, consisten en una actitud general hacía todo lo que ingresa en su percepción. En consecuencia aceptará incorporar a sus bases de datos primarias todo lo que coincide con esa actitud general. La información que favorece a su equipo, su partido, su clase social ,su profesión o su modo de vida. Resulta, por tanto, evidente que sólo la información que resulta de actualidad y que esté relacionada con su propia actitud general y con los intereses directos y presentes que le inspiran , le producirá el interés suficiente para informarse. Los libros que no recojan la actualidad referida a esos temas de interés serán rechazados. Será rechazada así la única fuente de información verbal que goza de garantías históricas de objetividad : las grandes obras clásicas.

En el llamado Evangelio de Juan, dice Cristo a  Pilatos: "Yo soy la verdad y la vida ".

Pilatos responde: " ¿Que es la verdad? ".

Una pregunta, tan esencial en las religiones mágicas, queda sin respuesta. Sin embargo, en el filtrado de la información recibida mediante la comunicación social la verdad es, precisamente, el elemento esencial. Por esa razón, no podemos dejar de intentar dar nuestra respuesta.

Usualmente, y en relación con la información que ingresa en las bases de datos cerebrales primarias, verdad es lo que resulta lógico; esto es: lo que concuerda con si mismo o con lo que en esas bases de datos figura. En relación con las bases de datos secundarias, verdad es lo que consensualmente se considera cierto, bajo el principio de mayor autoridad. Normalmente, se ha intentado calificar el sistema como teoría consensual de la verdad. Pero ,como la posibilidad de que un individuo aislado conozca ese consenso es ficticia, en realidad lo que prima no es tal consenso, sino que la fuente de la que proviene la información tenga la apariencia de estar manifestando una opinión consensual.

Es evidente que esa manera de concebir la verdad en la comunicación social garantiza los resultados monstruosos de una opinión manipulada. Verdad es, entonces, en la práctica, aquello que se repite constantemente, sea verdad o mentira. Verdad esen ese esquema que forma campo abonado para propagandas, aquello que se manifiesta por el que tiene mejor probabilidad de engañar.

Para los estoicos hace 2300 años, cuando se empeñaban en construir una teoría matemática de la verdad, que hoy se integra en los algoritmos de los ordenadores, y para los neo-estoicos, hoy, verdad es lo que sobre el objeto en cuestión opina el sabio, con base en la física; esto es en el conocimiento de la naturaleza -lo que equivale a decir con unas bases primarias cerebrales muy amplias y- y mediante el uso de la dialéctica que integra la lógica formal, lo que equivale, también, a hablar de bases secundarias muy elaboradas. La verdad para el sabio es, siempre, transitoria y fruto del conocimiento científico, y sus métodos experimental e histórico El propio sabio estoico es una ficción o un ideal, porque ninguno somos enteramente sabios.

La necesidad de filtrar la comunicación social cada vez cuenta con mayores apoyos .Kamlah y Lorenzen han propuesto que  críticos competentes han de ser capaces de emprender una comprobación adecuada de la comunicación social. Aunque insisten en que esos críticos competentes tienen que ser especialistas.

El propio Habermas, después de señalar en Una Réplica a Mis Críticos que la ciencia sola no puede asumir la función de creación de sentido para la práctica comunicativa cotidiana, establece la excepción de que:

 "A no ser en una equilibrada cooperación de las tres culturas de expertos, que por vía de su mediación con los contextos del mundo y de la vida tendrían que poner de nuevo en contacto estos tres momentos de la razón, separados precisamente en el plano de la cultura de  la ciencia, la moral y el arte".

Kant define, precisamente, al hombre ilustrado como aquel que ha formado una opinión propia. Los estoicos, sabían que cualquiera que renuncie a tener una opinión propia en la comunicación social, confiando la formación de esa opinión a “expertos” especialistas o terceros, no se encontrara mejor después de ese periplo que antes de emprenderlo. La cultura, y las bases primarias y secundarias en que consiste, ha de ser personal, y de ahí la aspiración a la sabiduría del mundo antiguo, como ideal de libertad y de felicidad. Por otro lado, aceptando que la felicidad del hombre era seguir su naturaleza, llegaron a la conclusión de que con la ciencia bastaba para la ética y que pretender tener autoridad en arte es complicarse estúpidamente la vida.

 

5.- Los efectos de la comunicación en el conocimiento y el  comportamiento social. La formación de las naciones. La formación cultural de la sociedad.

Hasta la primera mitad del siglo XX, bien se podría decir con Habermas, que la cultura era " el ámbito de la realidad que está estructurado lingüísticamente ".

Por ello, todas las religiones surgidas a partir del principio de nuestra era apoyan su existencia y su identidad cultural en un libro.

Sólo los pueblos que escribían alcanzaban el estilo de una determinada cultura, según la definición de Spengler y formaban una nación. El caso de los celtas, y muchos otros pueblos, confirma esta teoría mediante el método de probabilidad histórica

A través de la comunicación social se forma, como hemos dicho al principio, ese conjunto de cosas -ideas y conocimientos- en las que cree una sociedad y que llamamos , ordinariamente, opinión pública.

Hoy, el libro , desterrado como medio de contribuir a ese conjunto, conserva en secreto las fórmulas más sencillas para resolver nuestros problemas sociales. En su lugar, los medios audiovisuales  conforman la opinión pública. La enorme inversión que exigen queda compensada por su también enorme influencia, ya que llegan a un conjunto de personas a los que nunca se pensó podría alcanzar el libro, la publicación periódica o el panfleto.

Como consecuencia, la “racionalidad instrumental” de la ética protestante domina la comunicación social y la opinión pública , y como esos enormes medios no pueden ni reunirse ni mantenerse sino por razón de los resultados que ofrece su prodigiosa acumulación ,la acción comunicativa y la acción estratégica quedan tan íntimamente unidas que no resulta posible separarlas. El filtrado de esa masa de comunicación es  enormemente difícil y exige una preparación y dedicación que no es accesible sino a una escasísima parte de la humanidad.

El principio de mayor autoridad sustituye al raciocinio en todos los campos en los que el receptor de la comunicación queda sujeto al sistema.

Todo ello, da lugar a sociedades íntimamente conservadoras. Pero, a la vez, también muy destructoras, porque su dependencia de la experiencia comunicada a  través de los medios audiovisuales hace que sólo reaccionen cuando el daño ha sido causado. Cuando el daño es la destrucción masiva de nuestro medio ambiente natural, como sucedió en nuestro tiempo, el juicio sobre ese sistema social no puede ser halagüeño.

El enorme progreso científico ,determinado por la habilidad en el  uso del método experimental, queda confinado, dentro de la racionalidad instrumental del mundo capitalista a la especialización ; esto es, a la división del trabajo que aliena al hombre y le sustrae a la comprensión del conjunto de los problemas sociales,  para dedicarle a una tarea cada vez más concreta.

En este aspecto, la última decisión del tiempo presente es si cabe la posibilidad de resistencia estratégica a la acción comunicativa, tal como lo propuso Adorno y algunos otros  filósofos de la Escuela de Francfort.

Habermas lo niega, manifestando que los individuos, al no poder adquirir y afirmar su identidad de otra forma que prosiguiendo tradiciones, perteneciendo a grupos sociales y participando en interacciones socializadoras, sólo en un sentido abstracto pueden optar entre la acción comunicativa y la acción estratégica. La opción por un abandono a largo plazo de los contextos sociales tiene que acabar siendo auto destructiva.

Sin embargo, creo que  podemos recoger esa botella que, para otros náufragos, nos lanzó Adorno. La resistencia a la uniformidad que implica el mundo administrado  es tan necesaria como la salud mental y la libertad, ya que como dijo Deveréux, cualquier resistencia a la socialización y a la integración forzada en la sociedad propia del  mundo administrado  es una lucha por la felicidad y la salud mental En realidad, no cabe la opción contraria..

Con todo, está obligada resistencia no pretende negar que Habermas tenia razón, cuando manifestaba que sólo a través de las tradiciones, de la pertenencia a los grupos sociales y de la acción intersocializadora, puede el hombre realizar su naturaleza de animal social. En lo que difiere es en la decisión de que esas tradiciones, la pertenencia a esos grupos sociales y las acciones intersocializadoras no vengan ni dominados ni inspirados, exclusivamente, por la comunicación social estratégica ,sino que tomen como base la tradición cultural representada, precisamente, por el libro.

(Conferencia-coloquio pronunciada en el Ateneo de Madrid. Año 2002).

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